El caso más sangriento de Burgos: Un crimen con dos caras
El grito en la madrugada Eran las 5:30 de la mañana de un día de junio de 2004 . Una vecina de la calle Jesús María Ordoño, número 1 , en Burgos, escuchó un grito que la despertó: "¡Basta, basta, basta!". Ese grito fue el último acto de una masacre que sigue sin resolverse 21 años después. Cuando los tíos de Salvador Barrio, Domitila y Pepe, abrieron la puerta, se encontraron un panorama de terror: Salvador, Julia y su hijo Álvaro, de 11 años , habían sido asesinados con un ensañamiento brutal. El atacante había utilizado un arma blanca de doble filo y una rabia incontrolable. La escena de la masacre El asesino entró sin forzar la puerta, lo que sugirió que le abrieron o tenía llaves. La autopsia fue estremecedora: Salvador , con casi 50 puñaladas y marcas defensivas, fue rematado con 12 puñaladas "de propina" en la zona lumbar. Julia , la madre, que parece que estaba en shock no se defendió, recibió unas 12 puñaladas y fue degollada. Pero el horror se concentró...